Cómic (Odiseo Sobico)
El personaje principal de Cómic es una especie de Batman del conurbano. Pero, en realidad, no al estilo Kryptonita (la novela de Leonardo Oyola, devenida en película y en una serie que se está transmitiendo estos días por el canal Space), en la que hay una relación uno a uno entre el personaje local y su contraparte norteamericana (Nafta Super es Superman). En Cómic, Eneas (el Murciélago) no es Batman, no es nuestro Bruno Díaz, no es alguien que queda huérfano porque un ladrón le mató a los padres y por eso decide hacerse justiciero. Es, más bien, un chico introvertido que creció leyendo revistas de cómics de Batman, las originales, las clásicas. Y, a falta de un padre, tomó de ahí los valores y las enseñanzas que marcarían su vida. Sí, lo llaman Murciélago. Sí, hay una tal Regina a quien llaman Gatúbela. Sí, a veces se hace referencia a la ciudad de Buenos Aires como a Ciudad Gótica, pero no es un what if?, un elseworld como es Kryptonita, sino que crea algo diferente.
Cuando el lector empieza a leer la novela, se encuentra un poco perdido: ¿quiénes son estos personajes?, ¿de qué hablan? Yo mismo, después de las primeras páginas, me sentí tentado a abandonarla. Pero estaba en una entidad bancaria y ya me había peleado varias veces con el guardia de seguridad por leer desde el celular (la última, incluso con intervención de un policía de la calle); así que le hice caso a las palabras que Selva Almada escribió para la contratapa (“Será difícil entrarle a la sintaxis de Cómic [...]; una construcción que, como en toda buena obra literaria, no está armada porque sí y la respuesta surge de la misma narración. [...] El desconcierto que puede causar al principio se explica [...]: estos sujetos no son dueños de sus acciones, sino consecuencia de estas.”) y seguí con el libro de papel. No me arrepentí. La lectura se hace cada vez más atrapante y una historia oscura y potente se nos revela.
Rating: 4/5
Original: https://www.goodreads.com/review/show/1824884256